dijous, 25 de març del 2010

Horas...

Horas... Solamente horas. Y más horas. Y  por fin abro los ojos. Pensaba que se iba a retrasar diez minutos. Y es cuando llegan las primeras gotas de un otoño triste y enfermizo. Hoy por hoy, la vía recta es éste mísero círculo. Piensas que no, pero lo intento. Todo se desvía hacia un mundo lleno de bosques secos y desiertos inhabitados. Las emociones se encuentran al rojo vivo y tan sólo una mirada sería suficiente para recordar lo que nunca va a cicatrizar.

Horas. Solamente horas. Y más horas. Y por fin abro los ojos. La calle esta vacía para estas pupilas desamparadas, llenas de lágrimas. No he dormido y todo se repite. Ahora si que es verdad, que carta blanca al verdugo de mis sueños, porque solo le podré esperar...

Horas. Solamente horas. Y por fin abriré los ojos. Las patadas de todos esos niños en mi infancia, no me sirvieron de nada. Mientrás tanto, el laberinto de mi vida se hacía más grande. Yo, ya tuve mi baile; y la lluvia no borrará eso. Pero tal vez...

Horas. Solamente horas. y por fin abro los ojos. El caos se desvanece. Y su búsqueda comienza. Corro detrás de ella. Y lo sabe. Pero es más fácil ver como me ahogo en mi mar precario lleno de lamentaciones y fracasos. La búsqueda sigue. No quiere escucharme; y derrotado...

Horas, solamente horas... Y enraizado en la soledad de mi destino, intentaré pensar, que un día... lo conseguí.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada